María Benito

Nacida en Huancayo, María fue una administradora de profesión, que vivió con Esclerosis Lateral Amiotrófica por más de diez años. En 2022, a sus 64 años, su enfermedad se encontraba en etapa avanzada y había paralizado todos sus músculos. Luego de perder la capacidad de hablar, solo podía comunicarse con el movimiento de sus ojos a través de un sistema de seguimiento visual (Tobii).

El mayor temor de María era quedarse atrapada consciente en su propio cuerpo. Debido a que dependía de un ventilador mecánico, María solicitó a EsSalud -el seguro social del Perú- que le retiraran esta medida de soporte vital y le aplicaran sedación paliativa para que la enfermedad siguiera su curso hacia una muerte natural. A pesar de que su solicitud estaba amparada en la ley, conforme a su derecho a rechazar tratamientos médicos, Essalud lo negó, pues adujo que María estaba pidiendo una eutanasia, lo que estaba prohibido.

Frente a la negativa de EsSalud, María presentó una demanda judicial para que la institución pública protegiera su derecho a la libertad e integridad personal. En febrero de 2024, la Corte Superior de Justicia declaró fundada su demanda y ordenó a EsSalud respetar su decisión. A pesar de los obstáculos que enfrentó en la ejecución del fallo, debido al mal uso de la objeción de conciencia médica, María accedió a su pedido el 3 de mayo de 2024, al amparo del fallo judicial a su favor. Esto la convirtió en el segundo caso de muerte digna llevado a juicio en el Perú.